Conviértete en un/a líder resiliente. ¡Acércate al equipo!
La RAE define la resiliencia como «la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos».
Cualquiera que haya liderado equipos o gestionado proyectos sabe que, cuando se trata de ayudar a tu equipo, los días tranquilos son escasos. Siempre surgen «agentes perturbadores» cuando menos te lo esperas. La cuestión es si esto realmente es lo que implica liderar un equipo, ¿cómo se puedes evitar el desgaste y la toxicidad como líder?
El liderazgo resiliente no solo consiste en adaptarse a los cambios, sino en salir de ellos más fuerte. En un entorno laboral donde la incertidumbre es la norma, la capacidad de adaptación se convierte en una competencia crucial. Se ha hablado mucho del entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), pero incluso este concepto parece quedarse corto en la actualidad. Otros términos, como BANI (frágil, ansioso, no lineal e incomprensible), empiezan a surgir para describir mejor la realidad.
En este contexto, un líder resiliente no es quien no sufre o quien no siente la presión, sino quien sabe manejar la incertidumbre, adaptarse y mantener la perspectiva. Este tipo de líder entiende que la incertidumbre es parte del entorno en el que trabaja y, por lo tanto, la asume y la gestiona con calma y optimismo.
¿Qué es un líder resiliente?
La definición teórica seguro que la puedes leer en miles de artículos. A mi me interesa ir por otro lado. Más allá de las definiciones formales, para mi lo que importa es la componente humana de este liderazgo. ¿Qué necesita un líder para ser resiliente y, sobre todo, para mantenerse así sin quemarse?
Para mí, ser un/a líder resiliente se basa en el optimismo y la calma, y en la capacidad de poner las cosas en perspectiva. Adaptarse al cambio es esencial, pero hacerlo mientras te agobias y piensas que cada cambio es una catástrofe, solo conduce al agotamiento. Yo intento recordar, que lo que hago es importante, pero no de vida o muerte. Todos hacemos lo mejor que podemos con la información que tenemos, y las personas, en su mayoría, son fundamentalmente buenas. Esto me ayuda a asumir rápidamente cualquier cambio y a recomponerme para actuar en consecuencia.
Ahora bien, ¿cómo considero yo que me puedo comportar como un líder resiliente para mi equipo?
Image by Maike und Björn Bröskamp from Pixabay
Delegación y resiliencia: el arte de distribuir decisiones
Uno de los elementos clave en un liderazgo resiliente es la delegación. La toma de decisiones distribuida y cercana a donde suceden las cosas es la más eficiente en un entorno de alta incertidumbre. Sin embargo, para que esto no se convierta en caos, es fundamental que todos en el equipo conozcan, entiendan y compartan el propósito y la visión de la organización.
La resiliencia se entrena en el día a día con una buena delegación, mostrando confianza en el equipo, reconociendo lo bueno y lo malo, y aprendiendo constantemente. Un líder resiliente sabe que no puede hacerlo todo solo y confía en su equipo para adaptarse a los desafíos.
Una buena dinámica para entender a qué me refiero es la que puedes encontrar este artículo de la web: https://enriquedelacruzm.com/la-potencia-de-una-toma-de-decisiones-distribuida/
¿Y cómo lo hago?
A veces lo mejor para un equipo es que el líder no esté…es curioso pero en ocasiones el mejor liderazgo, el que conviene, es el ausente.
Cuando el equipo es muy junior, hace falta algo más directivo y/o carismático, pero luego debería evolucionar.
Volviendo a la parte humana, el líder que triunfa puede que sea aquella persona que es más cercana a la gente con la que trabaja de manera directa, conoce sus debilidades y fortalezas y trabaja para que equipo se balancee de manera autónoma.
Esto es mi secreto particular, pero mis equipos han destacado en mi, que soy una persona tranquila y que soy capaz de tomar decisiones razonadas y de manera serena ante circunstancias muy cambiantes. La verdad es que lo que más tranquilidad me ha dado siempre para actuar de esa manera, ha sido la cercanía con el equipo. Sentirme parte de una pequeña familia. Que respeta mi decisión, pero que me ayudarán si finalmente me equivoco.
¿Qué tipo de liderazgo es más efectivo en tiempos de incertidumbre?
No hay una única respuesta correcta a esta pregunta. Un buen líder debe ser capaz de cambiar su estilo de liderazgo en función del equipo que tenga delante y de las circunstancias que este esté viviendo. A veces, el mejor liderazgo es el ausente, especialmente cuando el equipo es lo suficientemente autónomo. Otras veces, cuando el equipo es más junior, es necesario un enfoque más directivo y carismático.
En cualquier caso, el líder más exitoso es aquel que se adapta a las circunstancias y se mantiene cercano a su equipo, conociendo sus debilidades y fortalezas y ayudando a que el equipo se balancee de manera autónoma.
Algunos pensamientos de cierre…
Me voy a atrever a dejarte con un único pensamiento de cierre.
¿Quieres ser el/la líder resiliente que necesita tu equipo? Pues acércate a él.
Crea un espacio y comunidad donde te sientas cómodo/a para actuar, tomar decisiones y equivocarte.
¿Qué fácil suena no? Si crees realmente eso, aún te queda mucho por aprender.
Y es que la responsabilidad de un/a líder es la de cuidar de la gente que actúa ante circunstancias cambiantes y realmente no la de hacer los cambios. Esto sólo puede suceder si realmente entiendes el concepto de liderazgo servicial, que mejor dejamos para otra publicación 🙂 .
Puedes echarle también un vistazo al capítulo 12 de FRONTLOG con Rubén Ortega, donde conversamos de crear y diseñar equipos mejor que productos.